En cuanto entramos a la vivienda captamos su esencia y la manera de vivir en ella: un ambiente elegante, retro, y una filosofía de slow-life donde el espacio más amplio e iluminado es dónde ocurre todo, se cocina, se charla con los amigos, se come, se lee, se ve una película, se descansa, se escucha música. Esta es una de las claves del proyecto: no puede ser que la vida que tiene lugar en una vivienda, ocurra en una de las estancias más pequeñas.
No puede ser que mientras alguien cocine no pueda ver ni hablar con sus invitados porque está en la otra punta de la casa. O que mientras uno pone la mesa no pueda tener a la vista a sus hijos mientras juegan. De esto trata el proyecto, de dotar a los espacios para lo que van a ser utilizados, vividos.
Los techos y paredes están acabados con una masilla rústica imitando a paredes encaladas. No hay falso techo, la altura libre es de casi tres metros, y las puertas recuperadas incluyen manivelas retro.
La planta de la vivienda se divide en la zona de día, que da completamente a la fachada sur, y la zona de noche, que da al amplio patio trasero y que es prácticamente una segunda fachada.
Ambas zonas quedan separadas por una puerta que las independiza y que divide la vivienda en dos franjas bien diferenciadas.
La zona de día se compone de una continuidad formada por rincón de lectura + comedor + sala de estar-tv-música + cocina. La cocina a su vez está conectada con el balcón que da a la fachada principal y en el otro lado al lavadero. Para otorgar la continuidad que hemos comentado, el pavimento se ejecuta con microcemento sin juntas que además le aporta ese aspecto industrial y retro que se buscaba.
La librería se puede recorrer a través de una escalera móvil recuperada de la farmacia del abuelo de la clienta. Cámaras antiguas, radiocasetes, y multitud de libros dan vida a esta librería que cada vez se ve menos en viviendas, sobre todo de gente joven. Una cajonera industrial restaurada se sitúa en uno de sus lados.
Toda la parte de la fachada se decora con maceteros metálicos industriales negros y plantas de interior de todo tipo. Las dos fachadas han sido aisladas con ocho centímetros de lana de roca y también con ventanas de PVC oscilo batientes. Las ventanas tienen todas mosquiteras y persianas eléctricas.
La zona de estar se encuadra con dos sofás de piel, dos butacas nórdicas y una mesa de centro de un metro por un metro totalmente artesanal de madera maciza de nogal. Así se crea la tan buscada U de la zona de estar. En el último lado para completar el cuadrado, se sitúa el mueble de la televisión, el tocadiscos, amplificador y una vitrina también restaurada con la cristalería.
En un hueco que quedaba muerto a la izquierda de este mueble, se ejecutaron de obra unos estantes para la colección de vinilos.
Después pasamos a la cocina, la cual se puede independizar del resto de la zona de día a través de una gran puerta de hierro en acordeón.
Siempre está abierta para conectar por completo estos espacios, pero se puede cerrar por tema de olores o privacidad.
La cocina bicolor de madera y de un gris-beige clarito los muebles superiores, está compuesta por una bancada de más de cuatro metros y una isla de dos metros con tres bancos de madera y hierro.
La cocina conecta con el balcón con doble ventana balconera y a su vez con el lavadero que da al patio interior. El lavadero tiene un armario despensero y de limpieza de lado a lado, lavadora, pila y tendederos extraíbles. Al abrir la ventana balconera y la del lavadero, se crea una corriente que hace que la ropa se seque en seguida. Este espacio es una de las claves que marcan la diferencia en cuanto a funcionalidad y comodidad de la vivienda.
La zona de noche surge a raíz del distribuidor que da acceso a los dormitorios y al baño de invitados. El distribuidor contiene una cómoda, con una lámpara, máquina de escribir Olivetti Lettera 35 y un espejo, todo antiguo y restaurado.
El dormitorio principal es un amplio espacio donde disfrutar de grandes comodidades. Se compone de la cama con almacenaje inferior, un cabecero restaurado de ratán, mesitas y lamparitas cerámicas, grandes armarios a cada lado, una butaca para lectura, un banquito a los pies de la cama, una cómoda restaurada de madera de nogal y encimera de mármol.
Los cuadros han sido pintados todos por los dueños. Al igual que las restauraciones de los muebles. El espíritu de la casa es de reutilización, de darle una segunda vida a objetos que no solo sirven todavía, sino que lucen más y mejor que antes y cobran sentido.
La habitación tiene acceso directo al baño en suite, protagonizado por un mueble de lavabo doble con dos senos, inodoro suspendido y cisterna empotrada. También encontramos una ducha de más de un metro de ancha con alcachofa superior y de mano y una hornacina. El alicatado simple de 20x20 centímetros con junta en gris oscuro, aporta una vez más esta personalidad retro a la vivienda.
La comodidad de este baño es excepcional, tanto por la ducha enrasada con el mismo pavimento de microcemento de toda la vivienda, como por el mueble de los lavabos de dos metros de largo, el doble espejo, el mueble con todo tipo de detalles para organizar el almacenaje como bandejas, estantes, cajitas, compartimentos, etc.
Un barrio lleno de vida y cerca de todo. Un hogar lleno de luz. Una casa con dos fachadas, con un espacio único y continuo donde fluyen cocina-salón-comedor. Un contenedor de vida y experiencias personales.
Proyecto e información: Cortesía de studioLARQ.