Los propietarios de esta vivienda reformada quisieron darle una vuelta a su decoración y adaptarla a las necesidades de la vida actual. El piso había sido reformado hacía muchos años y pedía nuevos acabados y una distribución más cómoda que la modernizara.
Para lograrlo, confiaron en Núria y Agnès Torras, del estudio Salt&Pepper Espais. El proyecto se centró en las tres estancias principales de la vivienda: salón, cocina y dormitorio principal. Además, se pintaron paredes, puertas y carpintería de toda la casa.
SALÓN CON CHIMENEA
En el salón se respira un aire sereno y elegante, gracias a la gama de tonos neutros utilizada en paredes y textiles. Un sofá tapizado en azul klein pone el contrapunto cromático.
La distribución del salón estuvo marcada por sus ventanales: frente a uno se ubicó el estar y en paralelo al otro, sin obstaculizar el paso a la terraza, el comedor.
En la cocina se optó por muebles discretos y de líneas sencillas, de la firma Häcker; electrodomésticos de acero y una encimera Dekton, con suaves vetas en gris.
En la reforma de la cocina tuvo que mantenerse un tabique maestro, pero su ubicación se aprovechó para marcar la separación entre la cocina propiamente dicha y la zona de comedor.
DORMITORIO EN GRIS Y ROSA
En el dormitorio se apostó por este dúo cromático, para transmitir serenidad y romanticismo.
Un papel a rayas da protagonismo a la pared del cabecero.
El espacio de almacén se completó con una cómoda lacada blanca, como el resto de los muebles.
CUARTO DE BAÑO
Este baño se revistió por completo con gresite de color blanco, para darle amplitud y luminosidad. La zona de lavabo se resolvió con una encimera volada realizada en madera que regala calidez al ambiente.
PLANO DE LA CASA
El salón y la cocina -con comedor de diario y acceso a un pequeño aseo- se ubicaron en el área principal de la vivienda. En un plano más íntimo se suceden las habitaciones y un cuarto de baño.
CLAVES DEL INTERIORISMO
Con bases claras; telas lisas, sin estridencias; pinceladas de color muy sutiles, piezas de madera y muebles a medida en laca blanca, salón y dormitorio se transformaron en ambientes mucho más actuales, en los cuales se respira una atmósfera serena y equilibrada. La cocina, en cambio, se había quedado obsoleta y necesitó una reforma integral. Se diseñó una distribución que, además de multiplicar el espacio de almacenaje, permitiera ganar metros y ubicar un comedor de diario. Con el juego de revestimientos en el suelo y las paredes se aportó carácter y personalidad a este espacio.