Cuando Ane Moratalla y Fernanda Lima, de Moralima Studio, vieron por primera vez este piso de 90 metros cuadrados ubicado en el Ensanche de Bilbao, se encontraron una vivienda anticuada, con una distribución demasiado compartimentada que no ayudaba en nada a crear un hogar acogedor.
El inmueble dispone de tres habitaciones (un dormitorio principal, una habitación infantil y una tercera estancia que hoy funciona como despacho y cuarto de invitados), dos baños, cocina, un mini lavadero, salón y una pequeña terraza.
Sus propietarios, una familia con un niño de 2 años, tenían claro que querían una decoración protagonizada por los tonos neutros, con la estructura de las vigas a la vista (siguiendo un estilo industrial), pero que también fuese alegre y cálida. Además, deseaban una cocina integrada en el salón, abierta y con mucha luz. Así que el primer paso de la reforma consistió en reubicar la cocina donde antes había una habitación, y el espacio de la cocina se convirtió en la tercera habitación. Al desplazar y ampliar el salón, también fue posible construir una isla, un gran espacio de trabajo y un pequeño lavadero. Menudo cambio, ¿verdad?
La isla de la cocina se revistió en un color azul marino que actúa como divisor de ambientes y que aporta carácter a esta área. El cerramiento de cristal y perfilería metálica negra, por su lado, refuerza el espíritu industrial del interiorismo.
En cuanto al estilo decorativo, para cumplir con las expectativas de los clientes se introdujeron toques de color en los accesorios y elementos, como los cuadros.
Blanco, gris, negro y madera son los tonos neutros dominantes en toda la vivienda. En el salón se optó por el azul y el rosa (en cojines y puf), a juego con el cuadro de la entrada y con otro del salón. En la habitación principal predomina el verde; en la infantil, el verde y el mostaza; y el despacho se decoró con un sofá azulón que combina con el cuadro en tonos rosas, azul y negro.
En la habitación principal, se diseñó un pequeño vestidor que se conecta con el baño y que consta de dos duchas.
El segundo baño es más compacto, y su uso está destinado al niño y a los invitados.
En la habitación infantil, además de la zona de dormir, se creó un pequeño rinconcito de lectura.
Una de las paredes se pintó con un diseño triangular y se decoró con vinilos de clara inspiración nórdica.
El despacho es una estancia muy funcional que incluye un sofá cama y un escritorio para teletrabajar.
Proyecto e información: Cortesía de Moralima Studio.
