Este tríplex de nueva construcción en Los Ángeles era todo lo que sus propietarios habían soñado. Al menos... por fuera. Y es que el interior carecía de personalidad.
Con dos hijos en edades universitarias, la pareja deseaba darle su propio estilo a su nuevo hogar, y para ello, confiaron en las buenas artes de la interiorista Kate Lester. Siendo conscientes de la proximidad del mar, ¿qué mejor que apostar por una decoración fresca y relajada, donde los tonos azules se fusionaran con los blancos y con las maderas más cálidas? Los resultados hablan por sí solos.
La cocina original contaba con armarios blancos y un salpicadero nacarado que generaba un ambiente demasiado soso. En su lugar, Kate Lester optó por pintar los armarios en un gris cálido, añadió encimeras de mármol, un salpicadero con azulejos vidriados tipo metro y unos acogedores taburetes de madera.
Antes del proyecto de interiorismo este área era tan solo un espacio abierto sin armarios ni estanterías. Ahora, cuenta con una mesa ideal para desayunar o jugar en familia, y una estantería con cajones y baldas abiertas que incluye un hueco donde los propietarios pueden sentarse a trabajar con su portátil.
Esta sala de estar con vistas de 360 grados a la ciudad es uno de los lugares favoritos de la familia. Como no querían ningún televisor, se dispuso una obra de arte vintage de mediados de siglo sobre la chimenea, revestida con una pared de ladrillos pintados de blanco que combinan con los que encontramos en el salpicadero de la cocina. En cuanto al mobiliario, cómodo, elegante y con estilo, la interiorista optó por sofás y butacas diseñados por Lawson Fenning.
Pasamos ahora al comedor formal. El objetivo principal era crear un lugar donde la familia pudiera organizar fácilmente una cena, sin que se sintiera demasiado serio y cargado. Además, el estar situado en mitad de un espacio abierto, era necesario que destacara y pasara desapercibido al mismo tiempo.
¿Las claves? Una amplia mesa de madera rústica de Brownstone, sillas de HD Buttercup con estructura de madera y asientos tapizados en piel marrón, una lámpara de techo muy natural de Palecek, y para culminar, una alfombra estilo persa diseñada por la propia Kate Lester.
Bautizado como Netflix & Chill, este salón no tenía ningún uso concreto. Podría haberse convertido en un despacho o en un dormitorio adicional, pero tanto la familia como la interiorista pensaron que sería perfecto como una sala de estar donde pudieran relajarse en cualquier momento del día.
Para no olvidar el toque de sofisticación, se añadió una lámpara de diseño de Urban Electric Co, así como una biblioteca-estantería con televisor incorporado. Por otro lado, la paleta de colores sigue la línea del resto de la casa, donde los textiles y accesorios se encargan de agregar textura y volumen.
¡También hay una bodega!
En el dormitorio principal la interiorista buscaba crear un espacio más melancólico y con mayor contraste que en el resto de la vivienda.
Comenzó empapelando el techo para añadir suavidad, y utilizó la cama con dosel de metal de Made Goods como pieza protagonista, siempre buscando un estilo fresco y un diseño contemporáneo en tonos azules.
A los pies de la cama, un sofá de terciopelo azul y dos bancos de madera juegan con la elegancia y la calidez.
Este el baño del dormitorio principal. Como la bañera y los azulejos tenían un diseño y unos colores tan neutrales, Kate solo tuvo que añadir un punto de contraste en el color de los marcos de las ventanas, un estor estampado, un cuadro antiguo sobre la pared, y un taburete de madera con una planta.
La decoración del dormitorio de la hija mayor se inspiró en uno de sus tableros de Pinterest, lleno de ideas frescas. De este modo, las texturas y los materiales naturales dieron forma a la estancia, como la alfombra marroquí, las mesillas de madera, los estores de fibras o la ropa de cama.
La habitación de la hija más pequeña destaca por el uso de colores vivos como el mostaza y tejidos lujosos como el terciopelo o la seda.
Proyecto e información: Cortesía de Kate Lester Interiors.