- Un piso moderno de tan solo 45 m2.
- Un piso con espacios diáfanos y luminosos.
- Un amplio piso con terraza y estilo nórdico para una familia.
Cuando la arquitecta Laura Ortín entró por primera vez en este piso del centro de Murcia con una superficie útil de 140 metros cuadrados, se encontró con una vivienda oscura y excesivamente compartimentada, con una atmósfera lúgubre que, desde luego, no invitaba a estar en ella. Sus propietarios le dieron carta blanca para vaciar por completo el inmueble y cambiar radicalmente la distribución, con el objetivo de adaptarla a sus necesidades.
En cuanto a la decoración, su principal deseo era tener una casa fresca, agradable y confortable, pero con organización de estancias, materiales y geometrías muy contemporáneas. Algo que se consiguió siguiendo un sorprendente estilo mediterráneo con espíritu estival, sin caer en tópicos estéticos.
Una espiral distribuye las distintas estancias
Anulando la entrada ''noble'', se aprovechó la de servicio para acceder por la mitad de la vivienda y acortar recorridos. Como una suerte de espiral (o caracola), el piso se organiza en torno a un centro curvo que te desliza hasta las estancias. Este recorrido se realiza por un espacio comprimido en un tono verde aguamarina que provoca un efecto expansor cuando ''sales'' a las habitaciones anexas. ''Imagina que vas buceando por una sima (el paso) y sacas la cabeza en un espacio abierto (las habitaciones), esa es la sensación'', explica Laura Ortín.
Verde aguamarina, el color protagonista
El verde aguamarina se convirtió en el color fetiche de la casa. Gustó tanto a los clientes que se llevó por todos los espacios, salpicando ciertos puntos del mobiliario para conseguir un interiorismo conectado y en diálogo.
Nueva terraza en forma curva
Otra obra clave fue la ampliación de la terraza con una balconera corredera curva. Las plantas seleccionadas tienen un aire tropical, y el techo en gresite irisado recuerda los reflejos del agua del mar. Un rincón ideal para el relax.
Por último, destaca el diseño especial de la pieza artística de la pared del comedor, una zona que pedía a gritos algún destello, reflejo o punto de atracción de miradas para equilibrar el gran espacio del salón-comedor. El equipo de Garra Studio se encargó de diseñar y fabricar una pieza a medida, la llamada lámpara OH!, que juega con la percepción del que la mira, pudiendo convertirse en una mariposa, un animal marino o un corazón abierto.
Gracias a sus reflejos y texturas, se genera un ambiente embriagador en todo el salón que casa a la perfección con la estética fresca y mediterránea de esta vivienda, cuanto menos, original. Y a ti, ¿qué te ha parecido?
Proyecto e información: Cortesía de Laura Ortín. Arquitecta colaboradora: María Escribano.