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Adam McKay ha dirigido, escrito y producido Don't look up, una de las películas más vistas en Netflix que habla con un tono humorístico de asuntos vitales. La crisis climática, las redes sociales, la ética y el poder se representan en una excelente ambientación que se sitúa entre los años 60 y 70.
En España, conocemos el film con el título No mires arriba y por un fabuloso elenco, que ha reunido en la pantalla a actores de la talla de Meryl Streep, Leonardo di Caprio, Jennifer Lawrence, Cate Blanchet, Thimothée Chalamet o Rob Morgan, que conocemos por su participación en la serie Strangers Things.
No mires arriba es un largometraje con un decorado ficticio, ya que los presidentes de Estados Unidos eligen el interiorismo de la Casa Blanca durante sus mandatos. Para la "presidencia" de Meryl Streep en la película, se han elegido piezas clásicas, como butacas tapizadas en brocados, mesitas auxiliares clásicas, grandes alfombras y enormes cortinajes. Pero verás que hay muchos mensajes obvios, aunque también ocultos, tanto en los diálogos de la película como en los detalles en la dirección de arte o los decorados elegidos en los sets de rodaje.
La decoración de La Casa Blanca
La residencia oficial de la presidenta Orlean (Meryl Streep) es clave en el argumento de No mires arriba. El diseño de producción de la película lo ha dirigido Clayton Hartley con maestría. Por ejemplo, para crear el despacho oval solicitó el cristal que suministra el cristal para la Casa Blanca.
Además, Hartley ha echado mano a un gran sentido del humor al colgar de los pasillos los retratos pintados de algunos de los presidentes más controvertidos de la historia de Estados Unidos. Otra curiosidad es que en las estanterías se pueden ver fotos de celebrities o un ejemplar de un libro de la presidenta Orlean: Cómo gestionar el dinero de la gira incluso cuando no se tiene.
Significado de los colores
Hartley también eligió un papel pintado de color verde, el color del dinero, para reflejar la avaricia de la presidenta de Estados Unidos y de su hijo: Jasson Orlean, que cobra vida con el actor Johan Hill. Sin duda, uno de los grandes fichajes de No mires arriba, con este personaje advenedizo y mediocre, que acaba por enternecer al espectador, en gran parte porque "aunque todos los actores de la película improvisaron parte de sus diálogos, aproximadamente el 40% de lo que Hill improvisó en el plató se incluyó en el montaje final de la película", afirma el director Adam McKay.
Si te fijas, verás que el personaje que interpreta Meryl Streep viste trajes hechos mediad de Armani. El diseño de vestuario eligió el color rojo durante la escena en el despacho oval para "simbolizar el inicio del descenso del doctor Randall Mindy (Leonardo Di Caprio) y Kate Dibiasky's (Jennifer Lawrence) al inframundo", según Adam McKay, director de No mires arriba.
El diseño del vestuario es tan importante que se encuentra en mínimos detalles, quizá el mejor ejemplo es un anillo que lleva Kate en el dedo corazón formado por una constelación de estrellas, que ha diseñado el joyero libanés Selim Mouzannar.
En el casting de No mires arriba participaron grandes estrellas de cine, pero también artistas tan conocidas como la cantante Ariana Grande, que seguimos desde que vimos su lujosísimo apartamento en Nueva York y hace una parodia de su versión de diva.