Como iba a destinarse al alquiler y había que rentabilizarlo al máximo, este piso ubicado en el barrio madrileño de Prosperidad se reformó con una inversión mínima, el presupuesto justo para diseñar un nuevo interiorismo y modificaciones puntuales, como el cambio de la instalación eléctrica y los electrodomésticos.
"En un piso de 35 metros y dos dormitorios, los espacios de cada estancia son muy reducidos y es un reto tratar de sorprender con una mínima inversión. En esta vivienda, el mural te enamora nada más cruzar la puerta de entrada", afirma Carmen Sánchez Fuentes, de Arco Home Staging, responsable del proyecto.
Se trata de un cuarto piso con mucha luz. Nada más entrar, se accede al salón, donde se quitó la puerta que lo separaba del pasillo y se sacó el arco original de obra. Con este elemento, junto con el mural de Coordonné, se quería buscar un efecto de trampantojo, como si fuese un jardín que recibe al que entra en la casa.
El gran espejo con cuarterones duplica la luz que entra por la ventana.
En la luminosa cocina, que da a un amplio patio de vecinos y que ahora cuenta con electrodomésticos nuevos, hay sitio para comer o trabajar en la mesa adosada a la pared. Los azulejos de corte vintage recuerdan los orígenes del piso.
El pasillo conduce, en primer lugar, a un dormitorio donde se quitó un armario que ocupaba toda una pared.
La cama quedaba mejor con el cabecero enfrentado a la ventana para aprovechar toda la luz, así que en esa pared se colocó un papel pintado vinílico de la marca Caselio, modelo Spaces Lines, de fondo azul y líneas doradas.
La cama se flanqueó con dos cuerpos de armario estrechos de IKEA, con puertas de cuarterones y tiradores de cuero. Encima de la cama se añadió un pequeño espejo redondo, y en el lateral de los armarios, dos apliques blancos de IKEA.
En el segundo dormitorio, junto al baño, se abrió una pequeña ventana que estaba sellada.
Así estaba antes de la reforma
Proyecto e información: Cortesía de Arco Home Staging.