Nuestro lector Fredy Olabuenaga ha querido compartir con nosotros la reforma integral de este coqueto piso que adquirió hace ya un año. Las paredes de las diferentes estancias, decoradas en tonos empolvados, constituyen la perfecta base cromática para concebir unos ambientes que desprenden toda la calidez hogareña necesaria para vivir en familia.
Comenzamos por el salón-cocina-comedor, centro neurálgico de la casa, donde el color crema que protagoniza las paredes gana un toque de gracia mediante la pared de falso ladrillo donde se ubica la ventana.
En el techo, la iluminación led empotrada en línea culmina este ambiente cálido y acogedor. El mobiliario, en tonos blancos con acabado lacado, se inspira en el estilo nórdico y se completa con plantas y fibras naturales.
Llegamos ahora a la cocina, donde una pequeña isla central con barra de desayuno y dos taburetes marca el centro de la estancia.
El suelo, revestido por azulejos con formas geométricas, divide visualmente este espacio del resto de la vivienda.
La decoración del dormitorio principal apostó por la temática de los viajes, con un discreto mapamundi en color blanco sobre el cabecero, y una frase de Mark Twain que dice así: ‘’Viajar es un ejercicio con consecuencias fatales para los prejuicios, la intolerancia y la estrechez de mente’’.
Anexo a la habitación, un amplio vestidor alberga la ropa y los complementos de los propietarios.
El baño principal se pintó del mismo color que el dormitorio.
Esta habitación juvenil y femenina luce con encanto la combinación de tonalidades rosas y blancas con estampados florales, a juego con el precioso tocador.
Información: Cortesía de Fredy Olabuenaga.
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