En esta vivienda de Barcelona la rutina es esencial. No lo decimos nosotros, lo dice la interiorista y artífice del proyecto de reforma integral, Ingrid Matheu. Los propietarios —un matrimonio con dos hijas de 6 y 13 años—, querían un piso confortable y de calidad, donde la vida resultase sencilla. Desde el momento en que entran por la puerta y dejan las llaves, zapatos y chaqueta, hasta que llegan al dormitorio, el orden y la funcionalidad forman parte del trayecto.
La carpintería es otra de las grandes protagonistas, junto a la iluminación indirecta, los colores sosegados y los textiles naturales como el lino, el algodón o la seda de los cojines. De hecho, todo el proyecto se realizó a conciencia, poniendo mimo en cada detalle, para ofrecer a la familia una cotidianidad de lujo, con materiales nobles y muebles lacados que otorgan ese punto de paz que tanto anhelaban. En el salón-comedor, el mueble de TV preside el espacio gracias a su versatilidad como biblioteca, zona de bar y armario ropero.
Las puertas se acabaron con tejidos de algodón gris de Güell Lamadrid, y con piel de vaca de FROCA.
El dormitorio principal cuenta con un cabecero muy especial, con una parte de madera lacada y otra tapizada con una tela de rayas en tonos grises y blancos que aportan tranquilidad y descanso. También encontramos dos lámparas Tolomeo y cortinas de lino en tonos neutros a juego con los textiles de la cama.
El baño de la suite se diseñó con porcelánico de gran formato, a diferencia del de las niñas, realizado con microcemento tanto en suelo como en paredes para dar uniformidad a la estancia, junto a un mueble de lavabo flotante.
La habitación infantil dispone de dos camas y armarios, pero lo mejor de todo son las escaleras con cajones y sus mil rincones secretos. ¡Divertidísimo!
Proyecto e información: Ingrid Matheu Studio.