No es Canadá, es Madrid, concretamente, las afueras de la capital. Allí se encuentra esta preciosa (y atípica) casa, propiedad de nuestra lectora Laura. Y es que la vivienda se construyó siguiendo un estilo canadiense, con tejado a dos aguas y fachada revestida con lamas de madera en color azul, cubierta a su vez por una hipnótica hiedra que adquiere un color anaranjado durante el otoño.
El interior se distribuye en dos plantas, con las zonas comunes diseñadas en un open plan perfecto para la vida en familia. Además, a través de las ventanas con vistas al jardín entra muchísima luz natural que llena de vida cada rincón.
En cuanto a la decoración, podríamos hablar de un estilo rústico chic con toques nórdicos: paredes blancas, protagonismo de la madera, fibras naturales y plantas.
También destaca el uso del papel pintado y los murales como elementos que refuerzan la elegancia y la personalidad de las estancias.
En el dormitorio principal se diseñó un arrimadero a modo de cabecero con lamas de madera.
La decoración del baño se inspiró en la naturaleza.
Las habitaciones infantiles son pura fantasía.
Proyecto e información: Cortesía de Laura Pérez Quiñoá.
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