Cuando el abuelo de Patricia Calvelo construyó este antiguo cobertizo utilizando las piedras de un palomar que había en la finca, jamás imaginó que aquella edificación se transformaría con el paso del tiempo en una preciosa casa de alquiler rural para dos personas. Y es que la historia del alojamiento Casa de Casal es de esas que llegan al corazón y nos recuerdan el enorme poder de los valores familiares. Ubicada en Lestedo —un municipio de A Coruña—, la casa solía usarse cuando era un cobertizo para cocinar y hacer vino, ya que había un lagar y una lareira (la cocina tradicional gallega) para preparar churrasco.
Sin embargo, aquel cobertizo estaba llamado a convertirse en algo grande, algo más... romántico. Porque la casa rural que es en la actualidad, no podría ser más propicia para esos viajes inolvidables en pareja.
Para la decoración, Patricia decidió adquirir solo ''muebles de madera de verdad y objetos originales'', lo que le da a la casa un toque aún más especial.
La reforma paso a paso
El concepto abierto hace que el espacio se aproveche mejor. Nada más entrar a la izquierda, se encuentra la cocina. El husillo del lagar se conservó y se hizo una reproducción de cómo estaba insertado en el tronco original. Ahora sirve para apoyar una estructura de madera donde se integran unas luces para el fregadero.
Junto a la encimera, se construyó una barra estilo americano para los desayunos.
También se añadió una mesa de madera y hierro con unos bancos de madera tallada. Un espacio más enfocado a utilizar para comidas y cenas.
Para aprovechar el espacio, se eligió un original sofá redondo para dos, con una base que permite girarlo a ambos lados y un reposapiés a juego.
En el dormitorio, la lareira se conservó y se convirtió en el dosel de la cama, situada sobre una tarima de madera.
Al lado de la cama, se instaló un sofá cama con capacidad para una persona.
Los armarios individuales se realizaron con madera maciza. También hay una mesa de escritorio en blanco y castaño.
El baño tiene una preciosa repisa de madera de olivo con un lavamanos color blanco, un espejo de aumento y otro espejo táctil.
Las claves del color
El techo se pintó en blanco. Y las vigas, que son las originales, se pintaron de color castaño para que resaltaran sobre el fondo blanco. Sin embargo, ese color acabó transformándose en una inesperada tonalidad plateada que queda muy bonita.
Qué nos dices, ¿te animas a pasar unos días de desconexión en esta casa rural? Pues puedes reservarla en el enlace que te dejamos a continuación. ¡A disfrutar!
Reservas en Casa de Casal.