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Tras comprar el local de esta antigua oficina en el fatídico año 2020, nuestra lectora Esther se enfrentó a cuatro largos meses de reforma integral, pero viendo el antes y el después, ¡está claro que el esfuerzo mereció la pena!
Antes de la intervención, se trataba de la típica oficina moderna y diáfana con un sinfín de ventanales, algo que a Esther le vino de perlas para diseñar las zonas comunes. Así, salón, cocina y comedor quedaron unidas en un mismo ambiente que rebosa luz y alegría, utilizando aspectos como las alfombras, la disposición de los muebles o un coqueto divisor situado tras el comedor para separar cada espacio sutilmente. El único elemento que nuestra lectora decidió conservar tal cual fue el suelo de cemento pulido y algunas de las vigas y columnas vistas, dándole a su hogar un toque moderno e industrial que se complementa con el resto de estilos que protagonizan el interiorismo. ¡Vamos a verlo!
Para la cocina, incluyendo la isla con zona de office, Esther seleccionó un suelo de baldosas tipo hidráulico con mosaicos en tonos grisáceos.
El comedor rompe con el look industrial a través de piezas sumamente elegantes, como la lámpara de araña o la mesa de cristal con sillas de metacrilato.
Al otro lado del salón, Esther diseñó un precioso rincón de estilo oriental con todos los detalles.
En el exterior, hay una terraza muy completa con zona de asientos y comedor.
En la parte superior de la casa, el dormitorio principal dispone de un vestidor abierto integrado en la propia habitación. ¡Qué envidia de ropero!
La verdad es que la casa de nuestra lectora es una monada de principio a fin, ¡nos ha encantado! Y ahora... alucina con las fotos del antes, ¡vaya cambio!
Así era la antigua oficina
Información: Cortesía de Esther Muñoz.
