Construida en 1935, esta casa de campo de 120 metros cuadrados se encuentra en Bitzaron, Israel, entre exuberantes campos verdes, huertos de naranjos y un impresionante jardín de cactus. Estos huertos sirvieron de inspiración para la reorganización estructural: las habitaciones de la casa simbolizan las hileras de árboles y el espacio central (comedor y cocina) simboliza los cultivos.
Otra de las particularidades del proyecto es que se centró en la recuperación histórica, incluyendo el uso de baldosas de terrazo y contraventanas de madera que recuerdan a las puertas originales de la vivienda.
Una gran parcela entre huertos y jardines
La casa se sitúa en una parcela de 4.000 metros cuadrados donde también se encuentran el antiguo gallinero y una casa de invitados pensada para acoger a los hijos adultos de la familia. Todo ello entre jardines que invitan a una vida relajada.
Distribución abierta y diáfana
Como la distribución original estaba muy compartimentada, los arquitectos decidieron abrir el eje central de la casa, creando un espacio donde la ventilación y la luz natural fluyen de extremo a extremo.
La cocina es muy amplia y cuenta con una gran isla central de madera, además de un office protagonizado por una mesa redonda con vistas a los jardines.
Madera protagonista
En los dormitorios, la madera vuelve a ser la protagonista. Fíjate en lo bonitas que quedan las puertas recuperadas, con ese sabor rústico tan cálido.
Guiño retro en el baño
Los azulejos blancos y cuadrados en color blanco dan vida a las paredes del baño, donde la madera se eligió para el mueble flotante bajolavabo.
La ducha a ras de suelo con mampara fija amplía el espacio útil del baño.
El resultado es una vivienda moderna de inspiración mediterránea en la que sus propietarios pueden disfrutar de la belleza del entorno natural.
Proyecto e información: Cortesía de Irit Henkin & Zohar Shavit, de Henkin Shavit Design Studio.