Cuando tus padres son un DJ y una coach de mujeres, y vives en una casa con dos perros llamados Diego y Dodger, está claro que eres una niña con suerte, y probablemente, ¡presumirás de lo lindo! 😎
Así es la vida de esta joven familia con un retoño de cuatro años en Los Ángeles, quienes viendo lo rápido que crecía su pequeña, decidieron regalarle una habitación extra donde pudiera jugar a sus anchas.
No obstante, antes de la reforma a manos de designstiles, el espacio (aunque con mucho encanto y potencial gracias a las vistas de los árboles y a la luz natural) resultaba soso y aburrido, con paredes en color blanco mate y una distribución totalmente aleatoria que, sumada a la ausencia de decoración, generaba un ambiente un tanto depresivo.
ASÍ ERA ANTES
El cambio fue espectacular. Manteniendo el fondo de color blanco, se añadió un toque de gracia pintando la franja inferior de las paredes en azul cielo. De esta forma, la habitación también parece más amplia.
Pero la zona que se lleva el premio es, sin duda, el mágico rincón de lectura que aprovecha los ventanales de la esquina. Decorado con un coqueto dosel en color blanco, y una base de mullidos cojines, no podría gozar de mayor encanto.
TRAS EL PROYECTO DE INTERIORISMO
El resto de la habitación se diseñó siguiendo la filosofía de ''menos es más'', apelando a los sentidos mediante el uso de tonalidades y texturas suaves.
Por otro lado, los padres querían que este cuarto pudiese trasladar a la pequeña a cualquier parte del mundo utilizando la imaginación y, por supuesto, la decoración.
Para ello, la interiorista eligió una alfombra de Marrakech, un cuadro que representa el Kilimanjaro, y juguetes procedentes de distintas partes del planeta.
¿No es la zona de juegos más bonita que hayas visto jamás? 😍
Proyecto e información: Cortesía de designstiles.