Un salón muy actual decorado con piezas fifties e iconos del siglo XX

La alegría y el glamur reinan en este espacio formado por salón y comedor. En él conviven antigüedades, piezas fifties y diseños icónicos del siglo XX.

salón comedor actual decorado con glamour
Montse Garriga

Este salón y comedor, sin ninguna duda, es un ejemplo del saber hacer. La combinación de sus piezas, tan exclusivas y bellas, atrapa la mirada del espectador. Piluca Hueso es la dueña, una pionera del e-commerce que ha hecho de su pasión por la autenticidad una profesión.

Ella es la creadora de Rue Vintage 74, un espacio madrileño de decoración con tienda física y venta online con mucho charme, en el que conviven antigüedades con muebles de los años 50 y piezas emblemáticas del diseño del siglo XX. Una combinación que se refleja en su propia casa. Aquí, los elementos originales de la vivienda crean un ambiente sugerente junto a la cuidada selección de mobiliario vintage. Son complementos y muebles del pasado que, además de una función estética, logran que nuestro planeta sea más sostenible al aprovechar elementos con historia.

Pero el salón comedor de Piluca Hueso no es inmóvil, sino que cambia cada vez que la propietaria decide llevarse a casa piezas de su tienda para experimentar, convivir con ellas y saber qué se siente entre antigüedades o piezas únicas de estilos muy diferentes. La mezcla de épocas queda patente en este espacio. Es una perfecta demostración de la sensibilidad necesaria para encajar elementos tan dispares como lámparas del siglo XIX y piezas de nuevos creadores que, en conjunto, provocan un sugerente efecto sorpresa. Las tapicerías intensas de sofás, butacas y sillas potencian —gracias a su contraste con las paredes claras— la intensa luminosidad de este espacio como una explosión de color que alegra ambos ambientes. Juntos, crean una atmósfera auténtica, fiel a la búsqueda de la belleza presente también en Rue Vintage 74.

Taburete Bertoia, de la firma Knoll; alfombra Tiles, de Brita Sweden, y mesa de centro de los años 70.
Montse Garriga

En la zona de estar destacan los muebles fifties. Para delimitar con mayor claridad cuál es el espacio que corresponde a este ambiente y diferenciarlo del comedor —con el que convive—, en el salón se colocó una alfombra de diseño geométrico, que entona con la butaca azul y los taburetes blancos.

Sofá mid-century; lámpara de techo y velador de los años 20 sobre el que se aprecia la lámpara Cuadriflogio, de Gae Aulenti. Todo es de Rue Vintage 74.
Montse Garriga
El salón destila fotogenia y es digno de recibir cientos de likes en las redes sociales.
Sobre el comedor destaca la lámpara de techo Semi, de Claus Bonderup & Torsten Thorup que edita Gubi. En la zona de estar, la pared luce una composición mural formada por espejos italianos y un cuadro del artista mallorquín Joselu Montojo.
Montse Garriga

Una puesta en escena con la que su propietaria, Piluca Hueso, consigue provocar emociones. Ella es la creadora, también, de la tienda off y online de decoración Rue Vintage 74.

El suelo es un parqué de pino Melis. La mesa y las sillas proceden de Rue Vintage 74, la tienda de decoración de la propietaria, que también tiene venta online.
Montse Garriga

Es una delicia observar las vajillas expuestas en las vitrinas, blancas y con pinceladas en rosa y verde, que reproducen el juego cromático de la mesa de comedor y las sillas.

Gracias al equilibrio entre colores y volúmenes, se tiene la sensación de vivir en perfecta armonía.
Tanto la chimenea de mármol como la boiserie, restaurada y pintada en blanco para actualizarla, son elementos originales de la casa. Visillos, de Le Monde Sauvage.
Montse Garriga

Ideas para copiar de este salón:

  • La puerta corredera de madera y cristal es de doble hoja: ahorra espacio y permite el paso de la luz a los ambientes que quedan a ambos lados de ella. Cuando la propietaria recibe a sus invitados en el salón, se puede cerrar y aporta la privacidad necesaria al resto de la vivienda.
  • Un elegante panelado de madera, pintado en blanco con pintura de la firma Little Greene, reviste la pared que enmarca al comedor. Es una excelente forma de reflejar la luz natural que entra desde los grandes ventanales de la vivienda madrileña.
  • El interiorismo del espacio está en una transformación constante. Piluca afirma: “me divierto decorando, creando espacios eclécticos y muy personales, que van cambiando”.
  • En las tapicerías, los exquisitos terciopelos adquiridos en Gancedo, con una paleta cromática intensa, añaden vitalidad y fuerza al ambiente. Se trata de telas lisas, que contrastan con los patrones geométricos de la alfombra en la zona de estar.

    Realización: Beatriz Aparicio
    www.ruevintage74.com


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