Antes: Un espacio muy luminoso y bastante amplio, pero desnudo, solo está amueblado.
Pero eEs más fácil de lo que parece llenar de vida una habitación desangelada con complementos que visten y personalizan. Éstas fueron todas las pautas.
Potenciar la luz. El primer propósito decorativo ha sido aprovechar la iluminación natural que entra por los grandes ventanales. Para ello, se han cubierto con unos estores ultralivianos que matizan la intensidad, sin restar la claridad. La elección ha sido acertadísima, porque, además, los estores se pueden recoger a distintas alturas y regularse de esta forma la entrada de la luz natural.
Colores luminosos y cálidos. La paleta cromática va encaminada también a reforzar la luz. Paredes, techo y suelo son de colores claros y el blanco domina en el mobiliario. La madera clara es el color que lo complementa y resulta perfecto para atemperar un ambiente que podría ser un poco frío sin las notas cálidas del tono natural.
Muebles cómodos y ligeros. De gran sencillez pero con mucho encanto. La gran mayoría se adquirieron en Ikea. Se trata de piezas económicas y que pesan poco, por lo que pueden moverse de lugar fácilmente. Además, se ha buscado la practicidad, así el sofá lleva una funda blanca, para lavarla sin problema cuando sea necesario. También se puede sustituir en los meses de invierno por una de un color más oscuro. En cuanto a la librería, es un mueble multiusos, ya que asimismo hace las veces de armario de almacenaje, puesto que la parte inferior está cerrada con puertas.
Después: Un estar súper acogedor
La librería está adornada con objetos de Zara Home e Ikea. De aquí proceden también los pufs Sandared, el cuadro Pjätteryd y las alfombras Lohanls y Lönholt.
La atmósfera fresca se llena de color con cojines de flores rosas Rosenflox; los rosa palo son los Aina, y el verde liso, Ullkaktus.
Claves decorativas
Textiles muy alegres Los cojines ponen la chispa, el color, los motivos primaverales y también buenas dosis de romanticismo con sus tonos rosa, verde, fucsia... detalles económicos que lucen mucho.
Fibras vegetales. Se llevan más que nunca, tanto en interior como en exterior: yute, caña, mimbre, esparto, sisal... Los muebles fabricados en fibras añaden un plus cálido y transforman los ambientes.
Alfombras de verano. ¿Quién dijo que solo son para el invierno? Mira qué bien quedan en una sala de estar tan veraniega como ésta. Eso sí, se eligieron de yute, aunque también son apropiados el sisal, esparto, algodón... Superpuestas, aportan dinamismo y no dan calor.
Plantas, flores y adornos. Palmeras escultóricas, pequeños arbolitos, cactus, velas, farolillos... llenan la atmósfera de un agradable olor y muy buenas vibraciones. ¡Que no falten nunca en tu casa!
Alfombras de yute, material natural, reciclable y muy cálido. Los pufs, con fundas tejidas y disponibles en diferentes tonos, llevan antideslizante en la parte inferior para que no resbalen al sentarse en ellos.