Esta vivienda de nueva construcción, se ubica dentro de una urbanización cerrada que comparte zonas de ocio y piscina a las afueras de Pamplona, en un pueblo llamado Zizur. Consta de tres amplios dormitorios (inicialmente eran cuatro), dos baños completos, un cuarto de lavandería, recibidor, cocina y gran salón comedor, con una enorme terraza y muchos armarios distribuidos por toda la casa.
El proyecto de interiorismo debía responder a los deseos de su propietaria, que venía de una vivienda muy amplia con estilo clásico y mucha madera, y ahora buscaba algo diferente. Como agente inmobiliario, estaba muy acostumbrada a ver todo tipo de casas, y por eso tenía tan claro lo que quería: un hogar que causara impacto usando dorados y elementos actuales, elegante y muy cómodo para disfrutar con familia y amigos. Quería color, huir de las típicas casas blancas.
En el recibidor, una consola en color chocolate con una lámpara de mesa de Thai Natura en tonos dorados, se apoya sobre un gran espejo de tres piezas hecho a medida, que refleja la zona exterior desde todos los ángulos del salón.
El punto fuerte del salón lo marca el enorme mural de Casamance, iluminado por una cortina de luz que preside toda la pared que unifica salón y comedor, y cuyos colores van a guiar el resto de la decoración.
También en este área se dispusieron un gran sofá con chaiselongue motorizado, una mesa de centro con madera trabajada en espiga y estructura de metal, un mueble tv en nogal, así cómo unas mesitas auxiliares redondas con patas metálicas y dos vitrinas junto a la pared.
El toque final lo aporta la lámpara de tres tulipas de cristal y estructura dorada junto al televisor, y la decoración de pared metálica.
Para el comedor se eligió una mesa extensible con un gran pié metálico negro y un sobre porcelánico en el mismo color, de la casa Ramiro Tarazona, y unas sillas tapizadas en cuero marrón oscuro de Kave Home.
En el techo, una espectacular lámpara estilo mid-century.
Desde el comedor y la cocina, se accede a la terraza.
La cocina abierta al salón y separada por un cristal, cuenta con una mesa redonda en madera de nogal con patas metálicas, y unas sillas blancas en polipropileno. Sobre la mesa, una lámpara dorada con bolas de cristal blanco de House Doctor.
El dormitorio de la hija se decoró acorde a sus gustos y a su mentalidad joven con un estilo boho en tonos mostaza y verdes, con cojines y cortinas de macramé.
En cuanto al mobiliario, se requería un gran escritorio, una cama amplia, varios estantes y un zapatero que en vez de puertas, exhibe una cortina de macramé.
En el dormitorio de la madre se optó por un conjunto más clásico, con líneas románticas en tonos suaves.
Las piezas elegidas fueron un cabecero capitoné en color crema, unas preciosas mesillas en blanco y dorado, y unos originales apliques con plato dorado y bola de cristal. Tan originales como la alfombra con motivos tropicales en tonos pastel.
En la suite principal, se realizó un cabecero a medida con mesillas integradas en color blanco y madera de nogal. Protagonizando el cabecero, un papel pintado con motivos florales de Casamance.
Proyecto e información: Cortesía de Jaione Elizalde.