Picante y relajante a un tiempo, esta combinación de colores (gris, mostaza y madera) nos transporta a parajes tropicales y refrescantes, idóneos para otorgar al salón una potente dosis de carácter.
COLORES GRISES Y MADERAS COMO BASE
La gran ventaja de esta zona de estar es la neutralidad de los elementos principales que propicia la integración de colores subidos. Así, junto al sofá gris y las mesas de madera natural, conjuga de maravilla una butaca en terciopelo mostaza. Los cojines juegan también un papel fundamental mostrando unos estampados geométricos en amarillo, blanco y negro. ¿El resultado? Un look muy potente que derrocha optimismo y alegría por todo el espacio.
LA IMPORTANCIA DE LOS COMPLEMENTOS
Sobre una base ya de por sí animada, los detalles son responsables de la profundidad y frescura de este estar.
Partiendo de dos alfombras superpuestas de marcado aire étnico, el resto de la decoración va en sintonía: cuadros de inspiración africana y, como no, mucha vegetación a base de plantas de gran formato, flores y varas de algodón.