Ideas para decorar la pared de detrás del sofá

El sofá y la pared en la que se apoya forman una buena pareja, pero tú puedes hacer que se entiendan aún mejor estos dos elementos, los protagonistas del salón.

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En blanco y gamas tostadas

Los salones decorados en blanco y gamas tostadas admiten detalles en cualquier color. Sofá de Ikea. Adorno de El Rastro.

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Efecto collage

En esta pared los marcos desnudos hacen un guiño a la clásica colección de arte. El encanto de esta composición radica en la diversidad de sus diseños tanto en forma —los hay rectangulares, ovales, cuadrados y redondos— como en estilo: sencillos, lisos, orlados, con molduras… Otros factores de su éxito son que están pintados en blanco, a tono con la pared, y que entre todos forman un collage rectangular. Sofá y mesas de centro, de Maisons du Monde.

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Distribución versátil

Es aquella en la que los asientos y la mesa de centro se pueden desplazar en función de las necesidades. Entonces, más que nunca, la pared principal debe tener una entidad propia, que se mantenga equilibrada al margen de que los muebles se trasladen. El estudio de Juan Arcos lo resolvió en esta zona de estar con un espejo dorado sobre la chimenea y baldas voladas de madera. Sillas tapizadas con un tela azul, de HappyTex by Gancedo. Las mesas nido son de Zara Home.

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Negro versus blanco

Cuando el sofá y la pared tienen el mismo acabado, se funden visualmente como si fueran un todo, y son los detalles en otros colores los que resaltan. Es lo que sucede en este caso. La apuesta por el blanco —pared de ladrillos vistos incluída—, destaca las ilustraciones, enmarcadas en negro y colgadas con cadenas a tono. Negros también son el aplique de diseño, con brazo extra largo ajustable, la lámpara de pie y las mesas de centro redondas.
Ilustraciones, de Judy Kaufmann. Aplique 265, de la firma Flos. Lámpara, de Marset. Mesas, de Merc&Cía. Proyecto, de Roura Studio.

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Dos frentes paralelos

En algunas reformas, el pasillo se suprime y ese espacio se añade al salón para que éste sea más amplio. Una forma de mantener el concepto de zona de paso —sin levantar una pared que recargue el ambiente— es desplazar el sofá 1 metro, de manera que por detrás de él quede un corredor despejado. Aquí, la pared posterior se amuebló con dos estanterías Fjällbo en 50 x 36 x 136 cm (desde 69 €). Módulos de sofá Kungshamn: un asiento (119 €) y de esquina (140 €). De Ikea.

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Romper la simetría

Los contrastes estudiados añaden ese plus a la decoración que nos sorprende y marca la diferencia. La clave de esta pared es su cuerpo central, situado entre dos estanterías idénticas retranqueadas. La parte superior la ocupa una obra de Hugo Alonso, y la inferior, un mueble a medida que alberga la chimenea a la izquierda y estantes a la derecha. Sin embargo, la simetría se rompe gracias a la pareja que forman la alfombra de cebra y la hamaca de mimbre, colocadas en X. Hamaca, de Sine Nomine. Interiorismo, de María Santos.

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Librería de obra

Realizada a medida, permite jugar con su diseño para conseguir el efecto deseado: cuadrícula, si se busca sensación de orden; con estantes de diferente ancho y altura para añadir dinamismo; o con baldas corridas cuando el objetivo es potenciar la amplitud del ambiente. Estas se pintaron en gris mate, a juego con la pared, para darle todo el protagonismo a los objetos decorativos que en ellas se exponen. Proyecto del estudio barcelonés Factotum.

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La pareja sofá + consola

Se puede presentar de dos formas: con la consola adosada a la trasera del sofá o apoyada en la pared. En la segunda opción, es imprescindible que el sofá esté tapizado de forma impecable también por su trasera, ya que estará expuesto a las miradas desde todas las perspectivas. Es el caso de esta zona de estar, en la que la pared blanca y decorada con molduras contrasta con el terciopelo burdeos del sofá Kant (999 €). Consola Mahault (699 €). De Maisons du Monde.

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La regla de oro

Es esencial para evitar errores de los que uno se arrepiente tarde, y consiste en elegir un sofá con tapicería lisa cuando la pared sobre la que se recorta esté empapelada con un diseño estampado. Por ejemplo, los asientos beis y rosa de este salón armonizan con el papel de fondo, azul y con flores blancas. ¿Otros elementos clave? La chimenea con el espejo en retícula y la vitrina a tono con la tapicería. De Laura Ashley: papel Magnolia Grove (66 €/rollo); sofá Twikenham (desde 2.325 €), butaca, espejo Malory (540 €) y vitrina Dorset.

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En la misma gama

Pintar las paredes en blanco es un recurso excelente cuando se quiere ceder todo el protagonismo al mobiliario. Lo lógico es que los muebles sean de un color que contraste, para que las líneas de sus diseños se aprecien mejor. Eso es lo que sucede en este salón, en el que predomina el tono gris. Solo se ha permitido un elemento decorativo en la pared: un cuadro en la misma gama cromática ( 276 €); sofá Ella (760 €); butaca Ella (450 €) y mesa (308 €). Todo es de IDdesign.

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El cine, en casa

¿Has visto el último capítulo de…? La televisión por cable y las plataformas en streaming han convertido el salón en una filmoteca. Y es que cada vez más personas invierten gran parte de su tiempo de ocio en disfrutar de series y películas sin moverse de casa. Los fabricantes de televisores lo saben y lanzan diseños espectaculares que, lejos de ocultarse, focalizan toda la atención en la pantalla. En esta zona de estar, un modelo con marco metálico y un equipo de música decoran la pared, revestida con paneles de roble y flanqueada por dos puertas correderas. Televisor y equipo, de Bang & Olufsen.

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