La preciosa casa modular y eficiente de una familia con tres niños

¿Es posible que una vivenda se desmonte y se traslade a otro lugar para volver a ensamblarla de nuevo? Sí, y esta casa es la prueba de ello.

casa modular salón con estilo mid century con cocina integrada
Miriam Yeleq

Me mudo y me llevo muebles, libros… ¡Ah! Y, por supuesto, la casa. Esta familia trasladó su vivienda modular a la sierra de Madrid, en la urbanización La Navata, de Galapagar. Su historia nos la cuenta Fran Saiz, que creó junto a su hermano en 2007 la empresa Modulab, especializada en edificación industrializada de bajo impacto. “Diseñamos la casa como un prototipo de vivienda industrializada de dos habitaciones y un estudio, que era una habitación de hotel. Queríamos probar qué tal funcionaba, poder mostrarla a posibles clientes y tener un demostrador para participar en proyectos de investigación. Decidimos alquilar una parcela urbana y nos fuimos allí a vivir. El contrato era de cuatro años y, una vez que acabó, encontramos la posibilidad de comprar una parcela en la misma zona. Desconectamos los módulos, los trasladamos a la nueva y los volvimos a ensamblar. Ampliamos la casa con una planta abuhardillada y un sótano. En la parcela antigua no quedó ni la cimentación, que se reutilizó en su totalidad”.

Miriam Yeleq

La familia completa posa feliz en la terraza de su casa ecoeficiente, después de las fotos. Fran, creador de la empresa Modulab que la construyó, y Lindsey, de Savia Bruta Diseño Floral, han encontrado en la urbanización La Navata, de Galapagar, la tranquilidad y proximidad a la naturaleza que querían.

Banco, de Ikea. Cestos, de Kave Home con rosas, de Savia Bruta Diseño Floral. La vivienda fue construida por Modulab, la empresa que Fran y su hermano fundaron.
Miriam Yeleq

“La terraza es el lugar más utilizado de la casa, para cenar en verano y comer los días soleados de primavera. También celebramos comidas con los amigos”, cuenta Fran, arquitecto y propietario de este chalet modular y ecoeficiente, construido en Galapagar, Madrid.

El felpudo y el invernadero mini blanco son de Ikea.
Miriam Yeleq

Una cubierta para dar intimidad a la entrada de la casa; la familia lo llama ‘el invernadero’. “Nos sirve de zaguán para dejar el carrito del bebé, las botas de agua, el paraguas y el carro de la compra. Con la puerta abierta da una luz especial a la entrada”.

Salón y cocina comparten espacio

Lámpara de techo, de Ikea. Cuadro, de Jesús Perea.
Miriam Yeleq

La sorpresa en el salón es este frente. Con su panelado de madera, el sofá de cuero negro, el aparador sueco y el flexo, evoca una cálida estética mid-century. Inspiradora, la idea decogreen para ventanas altas y estrechas, con una estantería sin trasera.

Sofá, mesas y banco, de Ikea. Jarrón Face y maceta blanca, de Miv Interiores. Cojines y alfombra circular de colores, de Kave Home.
Miriam Yeleq

“En realidad tratamos de no decorar, prefiero pensar en habitar la casa. Cada rincón se acaba amoldando a nuestras necesidades, entre todos se va construyendo...”. ¿Y los muebles? “Son una mezcla entre la casa de mi abuela, Ikea y tiendas de restauración de muebles antiguos”.

Plantas, de Savia Bruta Diseño Floral. El aparador vintage es de una tienda de restauración de muebles.
Miriam Yeleq

Fran, con el pequeño Ukai y María, la hija mayor, nos cuenta que “las estanterías del salón tienen objetos encontrados, recuerdos de viajes o de familiares. Están llenas de piezas preferidas, auténticos tesoros”.

Cojines de Kave Home.
Miriam Yeleq
Con un sofá tapizado en piel negra, tu salón ganará sofisticación y elegancia. Pero también se puede llenar de vitalidad y adquirir un aire desenfadado con cojines alegres.
Miriam Yeleq

Escuchar música en casa relaja o estimula y, además, favorece el desarrollo cognitivo y motriz de los peques. Es tendencia recuperar el tocadiscos y el sonido inconfundible de los vinilos. ¡A Lindsey y Ukai les encanta hacerlo!

Plantas, de Savia Bruta Diseño Floral. Mesa, de Ikea.
Miriam Yeleq
Decora la mesa de centro con dos macetitas sobre una bandeja rectangular. Para que la composición resulte más rica, coloca detrás un jarrón alto.
Miriam Yeleq

“El diseño pretende ser muy sencillo, sin grandes alardes espaciales —explica el arquitecto cuando le preguntamos sobre los paneles y las lamas— y con la madera, creo que se consiguen resaltar de alguna manera los diferentes usos del espacio. Es una prueba para posibles acabados interiores”. Respecto a la trona junto a la ventana, “la utilizó la madre de mi mujer, Lindsey, siendo una niña, así que ya lleva sobre sus patas tres generaciones”.

Miriam Yeleq

“Nadie realmente es músico en esta casa —comenta Lindsey— pero tenemos un montón de instrumentos variados. Yo tocaba de pequeña y sigo tocando de vez en cuando”. Hasta el benjamín de la familia se anima y lleva el ritmo con el cajón.

Miriam Yeleq

María se sienta a ensayar durante la sesión de fotos. “El piano en realidad lo hemos ido tocando todos, con mejor o peor suerte. Lo compramos porque las mayores estuvieron dando clase, aunque ahora lo han dejado por el baile”. Y respecto al capote, “me parece una obra de arte y ahí está, en la pantalla de cine”, aclara el arquitecto.

Lámparas de techo y taburetes, de Ikea.
Miriam Yeleq

“La cocina se diseñó con módulos estándar de Ikea a los que pusimos puertas hechas con tablero de contrachapado de madera de abedul; las hice yo mismo”, explica Fran. El mueble más utilizado de la casa es esta mesa entre el salón y la cocina, “nos reunimos alrededor y siempre hay algo que hacer sobre ella”.

Electrodomésticos, de la firma Electrolux.
Miriam Yeleq
Madera, blanco y acero, un trío infalible en la cocina. Veamos qué aporta cada uno: calidez, luz y un aire industrial. El conjunto transmite orden visual. Al planificar la tuya ten en cuenta también el efecto global de los materiales.
Miriam Yeleq

Los dormitorios

Cojines y colcha, de Ikea. Plantas, de Savia Bruta Diseño Floral.
Miriam Yeleq

El gran vano enmarcado en madera que hay en el dormitorio de la pareja, sobre el cabecero, es un hueco que abrieron para unir la habitación de los peques de la familia con la suya.

Miriam Yeleq
Dar con una lámpara que se integre en la decoración y que, a la vez, ponga la nota diferenciadora es posible. Mira qué bien queda la combinación de esta mesilla con look 50’s, el cojín floral y el flexo rojo intenso, todo carácter.
Banqueta y espejo, de Ikea. Colcha gris y cabeza de ciervo rosa, de Kave Home. Cojines de suelo, y sobre la cama, de Miv Interiores.
Miriam Yeleq

Jone tuvo la idea de colocar una hamaca en su dormitorio, situado en la luminosa buhardilla de esta casa modular. Un complemento colorista que, junto a los banderines, añade un toque festivo a la decoración.

Cuarto de baño: un espacio moderno con escogidas piezas recuperadas

Lavamanos circular y mueble, de la firma Roca. El suelo, como en el resto de la casa, es de linóleo.
Miriam Yeleq

La olla de hierro ahora es un pedestal vintage para plantas. Perteneció a la abuela de Fran, como también el espejo y la mesa. Aquí ponen la nota cálida al mueble volado del lavabo, con una estética más actual. En el espejo se refleja parte del vano del dormitorio que se aprecia en la imagen de la dcha.

Planos de la casa y claves del proyecto

Hearst Infografía

Fran con Lindsey Myhren —copropietaria y socia de Savia Bruta Diseño Floral—, sus dos hijas mayores María y Jone, el pequeño Ukai, y el gato Ramón, viven en esta casa con huerto-jardín. “Tenemos ciruelos, un peral, almendros, un granado, un manzano y cinco parras que con el tiempo darán uvas y sombra a toda la casa. Además, Lindsey planta todos los años bulbos de flor y otras especies que utilizan en los trabajos florales de su empresa —ella es diseñadora floral—. Yo tengo un huerto en una de las esquinas de la parcela, básicamente para hablar con los vecinos que se paran a verlo”. Lindsey añade “Fran y yo pasamos mucho tiempo en el jardín. Desde pequeña, en California, siempre he tenido uno. Producimos cada vez más flores y plantas verdes que decorarán nuestras bodas y se usarán en la escuela de Savia Bruta Diseño Floral”. “¡Todos en el bus que va a Madrid me conocen por subir con una bolsa enorme de verdes y flor!”—sonríe Lindsey—. Fran añade que esta casa se planificó en Modulab “desde nuestro estudio, y en realidad era un estándar de vivienda de dos habitaciones. Se diseñó sin cliente, por así decirlo, y en ella se aplicaron los criterios que caracterizan a nuestros edificios: que estuviera construida con materiales de bajo impacto, provenientes de materias primas renovables; que utilizara solo energías renovables; que fuese eficiente energéticamente, sencilla, sana, verdadera y bella”. Del interior destaca la decoración natural —en la que “cada rincón se acaba amoldando a nuestras necesidades, entre todos se va construyendo…” señala Fran—, y la luz natural, especialmente del salón con comedor y cocina en el mismo espacio. “Es donde pasamos la mayor parte del tiempo. Los ventanales que tiene hace que la luz en el interior sea como si estuvieses en la calle. Es increíble lo importante que es tener una casa luminosa, lo que se disfruta”. Luminosidad, terraza, jardín con flores y huerto, diseño ecoeficiente… Rasgos, todos, apetecibles para vivir en una casa sostenible que te seguirá allí donde tú vayas.

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