Despejar el camino a la luz natural favoreciendo su entrada hasta el último rincón de la casa.
Con esta idea rondándole la cabeza, la arquitecta María José Navarro arrancó la reforma de esta vivienda madrileña con la colaboración de Marta Díaz-Noriega; juntas dieron rienda suelta a su creatividad planteando sobre plano atractivas opciones de distribución. La ganadora, y con razón, fue la que apostaba por la integración de los espacios comunes ampliando al mismo tiempo los ventanales de la terraza como garantía de luminosidad. Un planteamiento óptimo para la familia propietaria, que soñaba con espacios más despejados y funcionales para su día a día aunque sin olvidar la parte estética.
Las obras principales se centraron en el salón, la cocina y el recibidor, donde se derribaron todos los tabiques dando lugar a una nueva organización. Tras las obras destaca el nuevo cerramiento de cristal, que independiza la cocina y funciona como elemento divisorio y decorativo a un tiempo. Por una parte, permite la entrada de luz a zonas antes muy oscuras pero, también, y casi lo más importante, comunica visualmente la barra de desayunos con el estar y hasta con la terraza. Una maravilla con la que antes ni soñaban los dueños, nos comenta María José Navarro.
Los espacios más privados de la vivienda se mimaron al máximo logrando zonas muy confortables donde apetece entrar y quedarse. Así, para el dormitorio, con el blanco de base en las paredes, se eligieron textiles en tonos grises y rosas, muebles auxiliares ligeros y mullidas alfombras aptas para caminar descalzos. El cuarto de baño, por su parte, luce hoy un aspecto totalmente diferente al original; ahora cuenta con una zona de lavabos doble, mucho almacén y una gran ducha. Nos gusta especialmente el llamativo papel pintado vinílico, responsable de la potente personalidad que derrocha ahora este ambiente.
Salón, comedor y cocina
Los muebles de madera "calientan" el estar donde predominan los grises y blancos de base. Son los cojines los responsables de ese aire fresco y personal tan enriquecedor.
La zona de comedor es muy sencilla y práctica, con espacio para toda la familia.
El acceso a la cocina se dejó abierto con el fin de despejar la entrada a la vivienda.
JUNTO A LA ENTRADA: Es el propio mobiliario y la decoración los responsables de delimitar y resaltar la zona del recibidor.
La cara interna del cerramiento sirve de apoyo a la barra de la cocina. Un lujo poder desayunar delante de la ventana.
Dormitorio y baño
La simetría decorativa en el dormitorio transmite una agradable sensación de orden maravillosa para descansar.
La luz de lectura se resolvió con unos apliques de pared; una idea fantástica para despejar la mesilla de noche.
Un papel pintado vinílico dota de personalidad al cuarto de baño.
En lugar de tratar de disimular la zona de los sanitarios, en este caso se apostó por resaltarla con un precioso papel pintado de Leroy Merlin.
El nuevo cuarto de baño, ahora muy espacioso, cuenta con zona doble de lavabos y detalles que lo hacen único.
Precioso el papel pintado que ocupa toda una pared y la idea de rematar el frente del espejo con una hilera de azulejos a tono.
Plano de la vivienda
La nueva distribución de tabiques deja libre el paso hacia las habitaciones manteniendo siempre despejada la entrada de luz natural. Los espacios comunes ahora comparten un espacio abierto más funcional.