Poblenou se ha convertido en el barrio de moda de Barcelona. Gran parte de este reconocimiento, se lo debe a sus magníficos edificios industriales del siglo XIX con estilo neoyorkino, reconvertidos hoy en lofts, en espacios de creación y en galerías de arte. En el proyecto Llacuna, los arquitectos e interioristas de Brakara Design se inspiraron en la estética y el encanto de estos edificios industriales para renovar desde cero este antiguo y abandonado espacio, transformándolo en un falso mini dúplex. ¿Por qué decimos falso? Porque el dormitorio se ubicó en el entresuelo, una planta que no existía y que se construyó aprovechando la altura del techo.

Partiendo de líneas puras, rectas y minimalistas, se diseñó un espacio amplio, diáfano y funcional que acoge y alaba los métodos constructivos aplicados.

Los arquitectos combinaron elementos originales como la vuelta catalana del techo existente, el diseño industrial de la estructura creada para levantar el entresuelo y las escaleras de acceso. De la misma manera, recuperaron el ladrillo antiguo de la pared de carga dejándolo a plena vista, logrando un importante punto de protagonismo y continuidad entre los dos niveles de la vivienda.

Esta nueva distribución junto con la reforma integral, permitió dividir la casa en dos áreas diferenciadas.
Brakara Design

La zona de día se encuentra en el nivel inferior, donde se integran cocina, lavandería, baño completo, salón y comedor con acceso al patio.

Brakara Design
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Para el pavimento de la zona social, emplearon un parquet flotante que equilibrase con el conjunto de elementos de estilo industrial y así conseguir un espacio acogedor y cálido que transmitiera sensación de hogar.

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Al subir al nivel superior de la casa, encontramos la zona de noche con el dormitorio y un aseo. Con el fin de separar los dos ambientes predominantes (privado y social), el suelo y el cabecero de la cama se forraron con madera de pino macizo barnizado, creando una sensación de refugio.

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En el baño principal, se utilizó cerámica de gran tamaño inspirada en cemento pulido con el objetivo de seguir las líneas industriales y darle amplitud al espacio.

Se buscó la calidez del lugar, combinando colores claros en sus paredes con la madera del mobiliario.

El blanco elegido como color uniforme para las paredes, techos y muebles de cocina, contrastan con los detalles negros y la madera en ambas zonas, aportando a su vez calidez y suavizando la fuerza visual de los elementos industriales.

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Cada ambiente de este proyecto fue estudiado rigurosamente para no perder ni tan solo un detalle, siendo la iluminación una de las piezas fundamentales para aligerar y dar vida a cada estancia. Ejemplo de todo ello fue la iluminación led del pasamanos de la escalera, que, junto a la combinación de diferentes elementos decorativos y funcionales, dio aún más protagonismo a la pared más importante de esta vivienda. El led en la estructura metálica diseñada y fabricada para la isla de esta cocina, también fue un elemento esencial y especial, el cual además de tener su función básica de iluminar, se convierte una pieza decorativa que acoge plantas dándole mucha más presencia y relevancia.

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En definitiva, el juego de colores, materiales y texturas en los 45 m2 de Llacuna representan la simbiosis del fuerte carácter propio de los lofts, la rica personalidad catalana y el encanto de ''barri de tota la vida''.

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Proyecto e información: Cortesía de Brakara Design.