Las puertas correderas son la mejor forma de aprovechar las vistas a la terraza o al jardín, así como mejorar las opciones de acceso a cualquier área al aire libre. No obstante, también son estupendas para sacarle partido a la escasez de metros cuadrados, ya sea en la cocina, en el dormitorio o en el mismísimo salón. Pero, ¿cómo actuar en caso de que se estropeen? En este tema encontrarás algunos trucos que te ayudarán a salir del paso, aunque siempre te recomendamos contactar con un profesional para evitar desperfectos mayores.
LA PUERTA CORREDERA SE ABRE CON DIFICULTAD
Uno de los motivos más habituales por los que una puerta corredera puede abrirse con dificultad, es porque hay suciedad incrustada en los rieles (desde acumulación de pelusas hasta cualquier tipo de objetos).
La solución. Retira la puerta de su riel. Comprueba si los rodillos están sucios y límpialos. Vuelve a instalarlos. A continuación, haz lo mismo con las pistas (los accesorios de la aspiradora son muy útiles en estos casos). Vuelve a instalar la puerta.
LA PUERTA CORREDERA ESTÁ DESNIVELADA
Si notas que tu puerta corredera está más torcida que la torre de Pisa, esto es lo que debes hacer. Comienza retirando la puerta del riel y vuelve a colocarla, asegurándote de que los rodillos que se encuentran en la parte superior estén alineados. Es posible que tengas que ajustar un poco los tornillos en la parte superior de la puerta, siempre con sumo cuidado y precisión.
EL VIDRIO DE LA PUERTA CORREDERA ESTÁ RASGADO
¡CUIDADO! Esto podría derivar en una rotura total del vidrio y ocasionar un accidente en casa (sobre todo si hay niños cerca). Sin embargo, para cambiar el cristal de una puerta corredera es imprescindible que solicites la ayuda de un profesional, así que ante el primer signo de rotura, ¡llama por teléfono!
CÓMO LUBRICAR UNA PUERTA CORREDERA
Si tienes puertas correderas de aluminio en casa, te recomendamos que cada cierto tiempo limpies los rieles o guías y añadas unas gotas de aceite para una correcta lubricación. De este modo, te ahorrarás muchos disgustos a posteriori.