Cómo crear una zona de trabajo en casa que apenas ocupe espacio

Tan funcional como bello, el mobiliario midcentury de este rincón de trabajo —escritorio, de Pierre Guariche, y silla, de Hans J. Wegner— está al margen de tendencias deco. A destacar, el tocado tribal brasileño enmarcado, un detalle deco de inspiración arty, y el retranqueo realizado para que la librería quede alineada con la pared.

Hay escritorios pensados para espacios mini. Solo hace falta encontrarlos y comprobar sus medidas para crear una zona de trabajo ideal, incluso, en un dormitorio donde parecía imposible. En algunas habitaciones queda una distancia entre la cama y la ventana a la que se puede sacar partido. Tal vez no sea posible colocar un gran mueble pero midiendo la pared y buscando la mesa que sí se ajuste al espacio, esa zona vacía se transformará en otra versátil. Buenas ideas en este proyecto del estudio R de Room: el aplique —porque libera superficie en la mesa—, los cajones y baldas integrados bajo el sobre, y los dos cajones de sobremesa, con almacenaje extra.

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La originalidad de este escritorio son las dos bases sobre las que se apoya el vidrio. Son similares a mesas auxiliares, pero más altas, e incorporan un cajón y una balda inferior.

Su simetría transmite sensación de orden, su diseño es ligero y con su color blanco, como la silla, propaga la luz natural. Bases Damet, en la medida de 28 x 55 x 77 cm (665 € sin cristal); silla Dorian (165 €) y flexo Nippos (38,50 €), de Banak Importa.

El almacenaje con simetría y la pureza de líneas del mobilario definen esta zona de trabajo. Con la limpieza visual de una puesta en escena black & white se evitan distracciones. Estantería formada por dos cuerpos de 12 y 24 huecos (desde 369,90 €), mesa (229 €), silla, de House Doctor (95,90 €) y flexo (79 €); todo, de Car Möbel.

Tener un despacho en el salón y que pase completamente desapercibido es posible cuando se oculta tras una puerta… En este caso son dos que forman parte de un mueble, diseñado por el interiorista Luis Cuevas, que incluye varios módulos multiuso apoyados sobre una base con estilizadas patas. Si se planifica la iluminación artificial —en este caso, independiente del resto del salón— y los enchufes, un rincón de trabajo funcional se integra entre, por ejemplo, un mueble bar y un aparador para guardar el menaje. Un acierto: el mueble se mimetiza con la pared, si se laca en el mismo tono.

En esta casa se ha creado un rincón de trabajo con un dúo transparente que cumple su función sin recargar visualmente el espacio. Es una zona muy luminosa, en la que la entrada de luz se controla mediante un estor enrollable y la estantería de obra del retranqueo realizado a la pared permite organizar todo tipo de material y liberar espacio en el escritorio. Caballetes Nordic Set, de Natura (89 €/2 sin cristal). Silla, de Gloss Raffles, con carcasa en polipropileno.

Junto a la ventana se trabaja mejor. Siempre que sea posible, sitúa el escritorio cerca de ella porque el sol influye en nuestro estado de ánimo. Según la orientación, a determinadas horas puede ser necesario un estor que evite el deslumbramiento, pero el resto del tiempo será un placer trabajar con luz natural. Mesa de roble, en 1,20 x 0,57 x 0,78 m (800 €), silla (330 €) y lámpara, (120 €), de la firma Hübsch.

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En un ambiente que refleje tu personalidad te sientes más a gusto y ese bienestar ayuda a desarrollar mejor cualquier tarea. Si te va el estilo country chic, un papel floral, como este de Papeles de los 70, creará una atmósfera idílica. Interiorismo, del estudio Roma&Ro. Caballetes Finnvard (29 € c/u), baldas, flexo y carrito, de Ikea. Alfombra, de KP.

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