Tiene 230 metros cuadrados y está ubicada en un pequeño pueblo próximo a la ciudad de Troitsk, a las afueras de Moscú. Hablamos de una casa de campo que nos ha conquistado por su diseño moderno y su ''minimalismo suave''. Así lo expone la interiorista Lena Zufarova, encargada del proyecto de reforma.
Los propietarios se definen como ''unos jóvenes apasionados por las prácticas artísticas modernas que decidieron construir su casa y mudarse al pueblo''. La pareja, que vive con un encantador perro carlino llamado Dusya, confió en la interiorista para dotar a su nuevo hogar de confort, naturalidad, juegos de formas y texturas, luz, ligereza, espacios abiertos y un cierto contraste en los acentos de color.
También fue importante enfatizar la arquitectura inusual de la casa, y en ningún caso corregir su irregularidad, es decir, la compleja geometría de las paredes y el techo en la segunda planta.
En la planta baja se dispone el hall de entrada, un espacio común con salón-comedor-cocina, un dormitorio de invitados y un baño. En la segunda planta se encuentra el dormitorio principal con vestidor y baño, un despacho, otra habitación de invitados (futura guardería), un baño, una zona chill out (como lo llaman los clientes), y una sala de baile, yoga y deportes.
Las alfombras se emplearon para aportar un toque inesperadamente vintage a la decoración, de hecho, el perrito está encantado con la alfombra del salón y ya la ha convertido en su zona de juegos particular.
Las áreas comunes se plantearon de manera que quedasen comunicadas entre ellas y con el exterior de la casa. Por eso, los ventanales son grandes protagonistas.
Como color de fondo, se escogió un blanco en un tono cálido para mantener esa sensación aireada y usar como base para colocar las distintas obras de arte.
Otro material que abunda en la casa es la madera, que contrasta con el cemento del suelo en la planta baja.
La cocina destaca por su amplitud y por la conexión con el jardín a través de las puertas correderas.
Para añadir contraste y resaltar visualmente el espacio del hall, la interiorista lo decoró en un tono azul-gris.
El primer dormitorio exhibe un techo abuhardillado con vigas vistas y es tan espacioso que cuenta con zona de estar.
El segundo dormitorio es más pequeño, pero el ambiente es muy relajante gracias al color azulado de las paredes.
El despacho en la segunda planta, se pintó en un calmante color piedra con tintes verdosos.
Arquitectura: Nikita Sergienko. Interiorismo: Lena Zufarova.