Cuando la interiorista Nagore Vivian decidió asumir la dirección de obra de este mini piso de 47 metros cuadrados, situado en la última planta de una casa de más de 200 años en Igeldo (la zona más rural de San Sebastián), sabía que debería lidiar con dos conflictos: el bajo presupuesto y el corto límite de tiempo.
La propietaria, una chica joven y con pocos recursos económicos, destinó 40.000 euros a la reforma integral. Teniendo en cuenta que la vivienda se encontraba prácticamente inhabitable, y que habría que derribarla entera para volver a construir en un período máximo de dos meses, el proyecto se convirtió en un auténtico reto. Pero ya sabes lo que dicen: sin riesgo no hay gloria.
Al tratarse de una finca tan antigua, Nagore decidió dejar las vigas y columnas originales a la vista, limpiándolas a conciencia y restaurándolas para concebir unos espacios marcados por el carácter y la esencia histórica de la casa.
Por otro lado, y para aprovechar las hipnóticas vistas al mar, se abrieron dos ventanas donde antes solo existía pared. De esta forma, se consiguió potenciar la luminosidad natural, llenando de vida la cocina y el comedor.
Dado que el techo era completamente abuhardillado y de madera, la interiorista eligió un suelo de parquet blanco que aportara luz y amplitud visual sin recargar el ambiente con demasiada variedad de tonos.
Integrar el sistema de calefacción por el que optó la propietaria fue de lo más sencillo: una estufa chimenea de pellet canalizada al resto de las estancias.
La cocina clásica con aires rústicos en tonos blancos se adquirió en IKEA. Aquí, la encimera de madera y una mini isla completan un pequeño espacio abierto que trata de integrarse con el resto del piso.
En el cuarto de baño se volvió a optar por la sencillez y la funcionalidad. Las paredes se revistieron con azulejos tipo metro diferentes a los que encontramos en la cocina, otorgándole todo el protagonismo al espejo vintage en pan de oro, y al lavabo de principios de siglo XX.
Como todo el presupuesto se había esfumado con la obra, no quedaba dinero para la decoración, por lo que hubo que reutilizar los muebles de la propietaria.
¿No te parece que el resultado es precioso? ¡A nosotros nos ha conquistado!
Proyecto e información: Cortesía de Nagore Vivian.